SUEÑO DE UNA COPA PICHURRIA DE VERANO (2020)
No veo fútbol hace resto. De hecho, creo que le he perdido cariño a esa vaina. Veo los partidos de la Selección porque me parecen el resumen de lo que me pierdo en cada liga, pero a esta altura, me soba los huevos cualquier “picado”. Hace poco Bayern salió campeón de la UEFA, y me vine a enterar de chanfle por una charla de Guasap. Por nombrar otro ejemplo de lo desconectado que ando: me hallaba en medio de dos parceros parlando sobre quién sería el próximo Falcao del país y la verdad… ningún nombre se me vino a la cabeza, porque no tengo referentes. No por esto me las daré de intelectual e iluminado con comentarios inflados, denigrando el fútbol y sus florituras. Me gusta, me gozo un partido, hago barra cuando puedo, pero si no veo un juego el resto de mi vida, pues no pasa ni mierda. Si el parche es bueno, y el partido elegante, aprecio sin ningún problema un equipo que se arme, que sepa transitar la pelota, que tenga un par de magos con fuegote en esas patas, que hagan goles épi