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SUEÑO DE UNA COPA PICHURRIA DE VERANO (2020)

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  No veo fútbol hace resto. De hecho, creo que le he perdido cariño a esa vaina. Veo los partidos de la Selección porque me parecen el resumen de lo que me pierdo en cada liga, pero a esta altura, me soba los huevos cualquier “picado”.  Hace poco Bayern salió campeón de la UEFA, y me vine a enterar de chanfle por una charla de Guasap. Por nombrar otro ejemplo de lo desconectado que ando: me hallaba en medio de dos parceros parlando sobre quién sería el próximo Falcao del país y la verdad… ningún nombre se me vino a la cabeza, porque no tengo referentes.  No por esto me las daré de intelectual e iluminado con comentarios inflados, denigrando el fútbol y sus florituras. Me gusta, me gozo un partido, hago barra cuando puedo, pero si no veo un juego el resto de mi vida, pues no pasa ni mierda. Si el parche es bueno, y el partido elegante, aprecio sin ningún problema un equipo que se arme, que sepa transitar la pelota, que tenga un par de magos con fuegote en esas patas, que hagan goles épi

PUTO POETA (2020)

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Me dijeron que nunca sería Poeta Que no tenía la sensibilidad Los poetas no comen salchichas como yo Y se sientan a vender mierda 24/7 Toda la semana Vendiendo en redes sociales las cagadas de otros Y así no podría ser poeta ¿Quién putas sos vos para decirme qué hacer? Te respalda tu título de Literato Una nada Un algodón de azúcar Un viento de abánico caluroso Y tus maestrías Apalancadas, de palmadas en la espalda De tus besos negros a tu patrón De tu visión elevada Desde tu balcón  Porque yo tuve familia Y no recorrí el mundo como tú Porque no me fui de payaso Y me torcí con cuanto inflado se aparecía Entonces yo no sé de poesía Tu eres el bardo, yo el palurdo Y así me haces creer que nunca podría hacerlo Aún así, aquí tecleo lo que quiero Y me suena putamente poético Porque no requiere de tu aprobación Solo de ganas Muchas Pocos títulos Muchos libros Que no me sé de memoria Pero acaso ¿Leemos para memorizar? Ahora me destrozas y con tus dientes te tragas esto Sigues midiendo tus pal

MI PRIMERA BÚSQUEDA DE CAMELLO CUANDO TENÍA 18

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¡Casi le pego a todas! Según este reporte, yo estoy jodido y mi trabajo vale tres tiras de monda. Debí ser Hawker, eso suena elegante, como a superhéroe o personaje importante, aunque no tengo ni cinco de idea de qué va. Para doctor no tengo vocación: eso es como ser portero de fútbol. Cuando a la gente se le da la gana eres un héroe, cuando amanecen con el mico al hombro eres un villano. También debo reconocer que todos los trabajos de la columna izquierda son una agonía: mis respetos para quienes los llevan a cabo. Pero lo peor sería no pertenecer a ninguna de las dos listas.  Estar desempleado es la cagada, sobre todo en estos apocalípticos días. Bueno, realmente estar desempleado es la cagada en cualquier momento. Aunque gracias a mi trabajo (uno de los “no esenciales”) no he dejado de cobrar mi cheque ni un segundo. Sin embargo, no siempre fue así. Muchas veces me vi de brazos cruzados, y tuve que rebuscarla y camellarla en lo que fuera para garantizar mi papita. Esta foto me hizo

EL CELULAR MÁS MONSTRO QUE HE TENIDO (2020)

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No solo diré que mi segundo celular fue él número 2 (el primero que tuve fue un ladrillo reagresivo que ni siquiera está enlistado, pero un pelín más moderno que el número 1), sino que les contaré la historia de cómo esa panela demostró ser la máquina más monstro que he tenido. Siéntense, bebida en mano, y nos fuimos… Como por 2002, en un época de farras al cien, me fui a echar una polas por la 45 con 30, ahí cerquita de la Nacho (¡viva mí U no joda!) después de clase. Creo que a eso de las 10 pm mi parcero, de quien me reservo el nombre para que vean que puedo guardar secretos (pero tú sabes quién eres “doctor” je je je) se le ocurrió parchar a una fiesta a la que había sido invitado, solo que tenía pereza de ir porque tocaba viajar hasta la quinta porra. Party es party, y esa hora y ya prendos, pues qué carajos… Apenas me dijo, yo respondí: ¡Nos fuimos de farra! De pura lámpara, sin invitación y de colado. Llovía ligeramente (es Bogotá, siempre llueve ligeramente), y empezamos a boli